Desde que comencé a trabajar como entrenador de tenis de mesa, a mediados de los ´90 del siglo pasado, creí que para que el deporte crezca tiene que multiplicarse la cantidad de jugadores (parece una obviedad pensar que para crecer tiene que haber más, pero no lo es tanto) y tenía que capacitarme para ser mejor entrenador.
A lo largo de mi carrera profesional tuve oportunidades de acceder a capacitaciones con excelentes entrenadores, muy buenos, buenos y regulares. Todos me dejaron cosas para sumar, pero ninguno me conformó. No es posible que eso pase porque el tenis de mesa, como ningún deporte, es estático; en especial el tenis de mesa, que se ha hecho muy dinámico por los múltiples cambios reglamentarios que han modificado sustancialmente la técnica de juego. Ni hablar de los cambios en los métodos de enseñanza con la nueva generacion nativo digital que tiene otra forma de aprehender el mundo.