BALANCE DEL ENTRENAMIENTO DE FORTALEZAS Y DEBILIDADES.

Este es un tema interesante, por lo menos para mi, sobre la relación entre fortalezas y debilidades en los entrenamientos.
Por supuesto que eso depende de las características del jugador o jugadora y de su facilidad para aprender o su capacidad de trabajo.
En este tema es vital el trabajo y planificación del entrenador para encontrar la mejor relación para cada uno de sus jugadores.

¿Cuánto dedicarle a las fortalezas? 
Esta claro que mientras mas cerca está la competencia, o mientras dure la liga, la tendencia es centrarse mas en las fortalezas y trabajar lo que el jugador o jugadora ya controla bien afianzandolo pero sin descuidar el aprendizaje de nuevas herramientas.
En las competencias la gran mayoría de los jugadores tienden a utilizar las herramientas que mejor manejan y no se animan a usar nuevos golpes adquiridos o a hacer cosas que no controlan.
De todas maneras el entrenador tiene que estimular el uso de golpes aprendidos recientemente en algún torneo de menor importancia o en algún partido de liga que no tenga gran importancia, ya sea porque no tiene importancia el resultado o porque el encuentro es demasiado fácil o demasiado difícil.
Pero volvamos al tema inicial, es decir el balance entre fortalezas y debilidades y su relación y, desde mi punto de vista, en la etapa de competencias o cerca de ellas, la relación debe ser 80% de fortalezas y 20% de debilidades.

¿Cuánto dedicarle a las debilidades?
Apenas concluyen las competencias y luego de un buen descanso hay que trabajar aspectos mas débiles del juego o aprender nuevos conceptos, pero lejos, bien lejos de las competencias.
Cuando se aprenden conceptos nuevos o se trabaja sobre las debilidades para que no sean tal es normal que se produzca un "bajón" en nuestro juego, lo cual es usual y debe ser así ya que se rompe un equilibrio y las personas tardan un tiempo en recomponerlo, dependiendo de cada persona y el tiempo que le dedique a volver a conseguir restablecerlo. Es esta la razón principal por lo que hay que hacerlo lejos de la competencia. Si lo hacemos muy cerca es probable que el jugador o jugadora no logre buenas resultados y se vuelva a refugiar en lo conocido para conseguir el "éxito" y no sentirse frustrado produciéndose un retroceso en su evolución y una postergación del aprendizaje de nuevas herramientas.
Hay excepciones, como siempre, de jugadores que se animan a intentarlo, incluso en épocas de competencias no viéndose afectado su evolución, o incluso acelerando la misma.
Volviendo a la relación de entrenamiento entre debilidades y fortalezas, creo, que lo ideal es dedicarle un 50%-50% y mientras se va acercando la competencia hay que ir cambiando esa relación en favor de las fortalezas, de manera muy gradual y dependiendo de cada atleta.