CLAVES PARA SER UN BUEN ENTRENADOR

Hay múltiples claves para ser un buen entrenador y la clave esencial es adaptarse al jugador y al grupo de jugadores que nos toca en suerte. Pero los mas importantes, según mi criterio, y que nos va a garantizar una buena dinámica de entrenamiento     

-     SER POSITIVO : Implica centrarse en los aspectos positivos de cada ejercicio o golpe que realiza el jugador, tratando de evitar la palabra “NO” que es, quizás, la forma más sencilla de enseñar, pero la menos efectiva. El jugador que empieza a practicar el deporte va a cometer innumerables errores técnicos, la empuñadura de la raqueta, la posición del cuerpo, la ubicación de la bola, etc. y la reacción más común del entrenador es decir que no haga tal o cual cosa o incluso utilizar la palabra “mal” en forma recurrente ante los “errores” del principiante. Como resultado de este accionar el niño/a volverá a su casa con la cabeza plagada de “noes” que lo puede llevar a concluir que NO sirve para el deporte, que NO aprende, que NO y NO, disminuyendo la autoestima y minando la confianza, por lo que si el principiante continúa jugando, será un jugador inseguro con poca iniciativa. Si centramos nuestra estrategia en las cosas que hacen bien, o en estimular el pensamiento reflexivo para que el mismo vea el error y lo pueda corregir, logrando que la respuesta provenga de él  y no del entrenador, reforzando su estima y generando confianza, seguridad y alegría y volverá a casa con la satisfacción de haber obtenido el mismo las respuestas a sus dificultades e incluso corregirlas. Por ejemplo: un niño comete un error técnico a pesar de nuestras recomendaciones previas, le podríamos decir que está bien (está bien porque lo intentó no porque le haya salido bien el gesto) pero que estaría mucho mejor si modifica tal o cual cosa, y a la vez hacerlo participe de la solución, guiándolo a que consiga la respuesta adecuada mediante preguntas sencillas (si quieres que la bola vaya a determinado lugar, como deberías colocar la raqueta?)

-          ESTABLECER OBJETIVOS ALCANZABLES: cuando le pedimos a un jugador que realice una actividad determinada que le sirva para aprender algo nuevo o para afianzar algo que ya conoce es importante pedirle algo que él sea capaz de realizar, pero que a la vez, no sea demasiado sencillo. Si le es imposible hacerlo, se frustrará y dejará de intentarlo o creerá que no puede y se refugiará en lo conocido; por otro lado, si es demasiado sencillo, no resultará un desafío, se aburrirá rápido y perderá interés en la actividad. La clave está en descubrir que actividad resultará un desafío para cada uno de los jugadores que los mantenga entretenidos intentando buscar la solución al problema que le propusimos.

-         VARIAR LAS SESIONES: en un principiante, ávido de nuevas experiencias, curioso por la nueva actividad, es importante variarle mucho las sesiones en un principio para que esté entretenido, se divierta y tenga la expectativa activa ante la próxima clases, repitiendo los juegos que les gusta, pero sin abusar de ellos, dejándolos con ganas de volver a repetirlo y no agotarlo.

-         GRADUALIDAD: es importante enseñar una cosa por vez y avanzar una vez que se afianza lo enseñado y no enseñar varios golpes simultáneamente ya que es probable que el jugador no pueda absorber tanta información de manera simultánea y tampoco va a poder realizarlo lo cual puede llevar a la frustración del jugador.

-    COMUNICARSE CORRECTAMENTE: hay que asegurarse de que los jugadores escuchan lo que decimos al momento de dar una consigna. En el caso de los niños es una buena técnica parar el entrenamiento o lo que estén haciendo, formar un semicírculo, pedir  a cada niño la bola que tiene y utilizar un lenguaje claro y acorde a su edad y no expresarse como si tuvieran nuestra edad. Para acentuar el mensaje es bueno, también, mostrar el ejercicio que queremos que haga utilizando el lenguaje oral y el visual.